Es más que recomendable que aquellos que gestionen los sistemas de salud lean el editorial publicado en B.M.J. el 5 de junio de 2004 sobre los incentivos para el colectivo médico.
Desde el punto de vista ético el médico debe actuar solo movido por el interés de su oaciente cuando realiza decisiones clínicas, no en función de su propio interés finaciero ni en el su organización de salud. Se supone que el médico pone el interés de su paciente en primer lugar no el de la sociedad o el de terceras partes. Sin embargo muchas incentivos económicos para el médico no son necesariamente para interés de su paciente.
Los dirigentes de salud en la mayor parte del mundo hoy se acogen al empleo de incentivos para el médico sin realizar ninguna crítica, no teniendo en cuenta sus problemas y riesgos. Deberían tratar estos incentivos como fármacos- un producto que puede ser beneficoso pero tambien peligroso
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