miércoles, junio 16, 2004

Utilidad de DNA de Epstein-Barr en control de pacientes con carcinoma nasofaringeo

El estudio de la carga plasmática de DNA del virus Epstein Barr mediante PCR cuantitativa en tiempo real se manifiesta como un marcador molecular útil para el diagnóstico, monitorización y predicción de recaidas en pacientes con carcinoma nasofaringeo según los datos publicados en N. Engl. J. Med. 2004;350:2461-70.
Los pacientes del grupo de estudio (101) tenían carcinoma nasofaringea sin evidencia de matastasis distante, mientras que el grupo control lo conformaban 40 voluntarios sanos, 20 pacientes que habían sobrevivido 5 años al carcinoma nasofaringeo tras la radioterapia y 19 pacientes con mestátasis a distancia.

Se detectó DNA de EBV en plasma en 94 de 99 pacientes, pero en ninguna de las muestras de plasma de los 40 voluntarios sanos o 20 pacientes dados por curados del carcinoma nasofaringeo. Aquellos que tenían recaida (18) tenían una carga viral más elevadas que los que no tenían recaida del proceso tras la radioterapia. Y la elevación de los niveles de DNA en 8 de estos pacientes ocurrió 6 meses antes de que la recaida se detectara clinicamente.

A la semana de finalizar la radioterapia solo en 10 de los 99 pacientes se detectó DNA de EBV. Siete de estos 10 tuvieron una recaida posterior y uno tuvo una metastasis a distancia más recurrencia en cuello.

Así se pueden obtener varias conclusiones:
- en el momento de presentación de la enfermedad, una carga viral elevada se asocia con recurrencia.
- tras la quimioterapia la ausencia de negativización de la carga viral se asocia con recurrencia.
- la elevación de la carga viral respecto de un control previo se asocia con recurrencia

martes, junio 08, 2004

Incentivos en medicina

Es más que recomendable que aquellos que gestionen los sistemas de salud lean el editorial publicado en B.M.J. el 5 de junio de 2004 sobre los incentivos para el colectivo médico.



Desde el punto de vista ético el médico debe actuar solo movido por el interés de su oaciente cuando realiza decisiones clínicas, no en función de su propio interés finaciero ni en el su organización de salud. Se supone que el médico pone el interés de su paciente en primer lugar no el de la sociedad o el de terceras partes. Sin embargo muchas incentivos económicos para el médico no son necesariamente para interés de su paciente.

Los dirigentes de salud en la mayor parte del mundo hoy se acogen al empleo de incentivos para el médico sin realizar ninguna crítica, no teniendo en cuenta sus problemas y riesgos. Deberían tratar estos incentivos como fármacos- un producto que puede ser beneficoso pero tambien peligroso